jueves, 24 de junio de 2010

LA IDEA DE INVESTIGACIÓN

Es conocido el hecho que a nivel mundial los países desarrollados apoyen a los países subdesarrollados o en de vías de desarrollo, para que sus habitantes alcancen una calidad de vida, siendo uno de esos casos es el de la cooperación internacional. La organización cristiana humanitaria World Vision, desde 1954, esta dedicada a trabajar con los niños, niñas, las familias y comunidades para reducir la pobreza y la injusticia; por lo mismo entre sus trabajos cuentan con programas de desarrollo de acuerdo al contexto a través de proyectos de educación, salud, desarrollo económico, microfinanzas, agua y saneamiento y agricultura.
En ese sentido, la institucion World Vision tiene una activa participación desde 1999 a través de la Asociación Ricchary Ayllu de Lamay, en 14 comunidades del Distrito de Lamay, provincia de Calca – Valle sagrado de los Incas, Cusco; y durante la década de trabajo, en las comunidades se ha promovido programas orientados a incrementar la “seguridad alimentaria” que contribuye a mejorar las condiciones de provisión de alimentos y estado nutricional de niños menores de 5 años de edad, a través del incremento en la frecuencia de consumo de alimentos de origen animal y vegetal, junto a un posible incremento en el ingreso familiar al mejorar la producción agropecuaria. Para esto, las familias han recibido capacitación sobre: técnicas agro-ecológicas de cultivo e instalación de infraestructura de riego para la diversificación productiva de pastos asociados, biohuertos y plantas medicinales; instalación de infraestructura para la crianza de animales menores y mayores -corrales mejorados-con adecuada sanidad y alimentación, la transformación de residuos sólidos de los animales para la generación de alternativas de energía y abono organico, la dotacion de agua y saneamiento básico junto a fortalecimiento de habitos saludables para ordenar la vivienda a través de las ideas de permacultura. Estas experiencias -a ecepcion de los pastos asociados- son aplicados en la parcela que usa el comunero para su vivienda, logrando así, un cambio significativo en la imagen del uso del predio.
Por otro lado estas iniciativas, junto al trabajo de la UNICEF para disminuir la desnutrición cronica infantil, logro en los últimos años que la comunidad de Chumpe de Lamay ganara en diciembre del 2007 el premio "Vigilancia del Crecimiento y Desarrollo Temprano de la Niñez", concurso organizado por el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (Cenam) y promovido por la “Estrategia Nacional CRECER” cuyo eje es la lucha contra la pobreza y desnutrición crónica infantil del país. Al mismo tiempo, este modelo de intervención de Ricchary es desarrollado por otras ONG´s, en otros lugares del país y con enfoques similares, como es el caso de “Caritas del Perú” y “Care” en coordinación con el Ministerio de Salud a través del programa “Familias y viviendas saludables”, el “Instituto para una Alternativa Agraria-IIA” en Cusco, el programa “Corredor Cusco-Puno”, además de las agencias de turismo que bajo el modelo de “Turismo Vivencial” generan el cambio de la vivienda, con la finalidad de mejorar las condiciones de habitabilidad de la vivienda para las actividades domesticas.
La cuestión es que la mayoría de las instituciones privadas y ahora también las del Estado a través de sus políticas sociales, con el fin de lograr las mejoras en las condiciones socioeconómicas de las familias rurales que les permita gozar de una mejor calidad de vida, no han evaluado los desenlaces que provocan los cambios en la infraestructura física espacial de la vivienda producto de los ideales de desarrollo rural, consecuencias que están relacionadas primero con el manejo del uso de los recursos suelo (parcela, chacra) y agua, y su impacto en la adecuada organización de la estructura física para la comunicación (calles) por las que se conducen las redes de saneamiento básico (agua y desagüe) y electrificación, la organización espacio-funcional en el predio al ser planteada la consolidación de las edificaciones progresivamente, la densificación a través de nuevas edificaciones con el nuevo “tipo” de vivienda que se gesta, las tecnologías constructivas pertinentes, y sobre todo, si esta manera de trabajar con la vivienda rural -que no es solo las edificaciones para habitar- es sostenible, como modelo que contribuya al desarrollo rural, y si es replicable en los diferentes tipos de comunidades campesinas o distritos rurales.
Estas son algunas interrogantes que me motiva a investigar la vivienda rural y su cambio -evolución- a través de los patrones de su organizacion espacial, porque como menciona Rapoport (2003:18) “Lo que sí sugiero es que el resultado de los cambios (si ellos contribuyen o no a crear un entorno “mejor”) depende del estilo de vida, las normas y convenciones sociales, el grado de aculturación, el desarrollo de nuevos mecanismos sociales, valores, normativas, ideales, etc. Al modificarse estos parámetros, varía la evaluación de entornos y de sus cambios y, entonces, también el grado de aceptación y de deseabilidad del entorno”. Ademas, porque estos modelos ya han sido mencionados por expertos como Mayer (2004: 46-47) “El modelo casa se expande a través de la diversificación, la corporación crece mediante la especialización…Una chacra es un ecosistema modificado dentro de su entorno medioambiental: sus productores son plantas y animales, no maquias; y su sostenibilidad depende del reciclaje de materiales”.

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